Tras varios años de recomposición del viñedo se consiguió un patrimonio sensacional. La gestión del día a día implica a esta saga con afán de superación, que trata de interpretar cada nueva añada como dicta la naturaleza, huyendo de modas pasajeras para poder ofrecer vinos naturales y con absoluta identidad berciana.
Desde el respeto al territorio, el entorno y una manera de concebir el proceso del vino, sin prisa pero sin pausa.Con una vasta experiencia elaboradora a sus espaldas, Isidro Fernández elabora una amplia variedad de vinos de sus 27 hectáreas de viñedos en cada cosecha de CASAR DE BURBIA. Vinos que, desde el propio viñedo, tienen definido a qué tipo de gama irán destinados, dependiendo, fundamentalmente, de la procedencia del pago y de la edad de los viñedos de cada uno.
La línea elaboradora que sigue actualmente Isidro Fernández deja entrever una clara influencia francesa en sus vinificados, sobre todo en las gamas premium, donde tienen cabida diferentes recipientes de madera -tanto para la fase de elaboración como para el posterior proceso de crianza-, procedentes de los mejores robledales y tonelerías de la vecina Francia. -Barricas bordelesas, borgoñonas, de 500 y 600 litros y algunos tintos han cambiado en los últimos años la configuración de su inmueble elaborador, donde también conviven pequeños depósitos de acero inoxidable con control de temperatura.
CON TIEMPO
y AMOR
La última incorporación a su labor vitivinícola es la elaboración de vinos a través del método grano a grano. Cuando los racimos llegan a bodega, una legión de vendimiadores separan, en una mesa de selección, cada uno de los granos de mencía para realizar una selección insuperable de los mejores frutos. Una filosofía que demuestra el insustituible compromiso con la calidad que manifiesta Isidro Fernández.
Los pagos: CASAR DE BURBIA ha clasificado todos sus viñedos en tres grandes líneas: altos, medios y bajos. El conocimiento de terroir que profesa la familia Fernández ha permitido ampliar esta parcelación hasta distinguir 52 pagos individuales que ayudan a la gestión de las labores típicas del viñedo, como las podas en verde, el aclareo y la propia vendimia. Otros factores que influyen en la parcelación de las 27 hectáreas de viñedo que domina CASAR DE BURBIA son la orientación de los viñedos al sol, su altitud, la edad de la viña, la densidad de plantación y los microclimas que bañan cada pago. Todo ello, aplicando los conocimientos biodinámicos de Isidro Fernández y tratamientos naturales para la mayor expresión del terroir.
Debido su perspicacia de Isidro Fernández Bello y a la cada vez mayor influencia
francesa en su labor enológica, CASAR DE BURBIA se ha convertido en unas de las últimas bodegas fetiche españolas.