UNA HISTORIA FAMILIAR ...

En la década de los cuarenta del siglo pasado, el patriarca de la familia, Nemesio Fernández Bruña, siendo niño entró por la boca de un tino a limpiarlo -ya que eran los pequeños los únicos que entraban por la estrechez de la boca-. Allí dentro, al oír el eco de su voz al cantar, inauguró la primera de muchas magníficas experiencias en el mundo del vino.

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LOS FUNDADORES ESTABLECEN SU CASA.

En la década de los cuarenta del siglo pasado, el patriarca de la familia, Nemesio Fernández Bruña, siendo niño, entró por la boca de un tino a limpiarlo -ya que eran los pequeños los únicos que entraban por la estrechez de la boca-. Allí dentro, al oír el eco de su voz al cantar, experimentó la primera de las muchas y magníficas sensaciones que le aportarían el mundo del vino.

1943

1975

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NACE EL VIÑEDO.

Nemesio Fernández Bruña remó a contracorriente en la década de los setenta, compró lo mejores viñedos del Bierzo cuando el resto de paisanos consideraban que el cultivo de la vitis vinífera no era rentable.

CELEBRANDO LA PRIMERA COSECHA.

Nemesio decide hacer su sueño realidad y empieza a adquirir viñedos viejos en el Bierzo, donde ya vivía desde hacía unos años. Apuesta por la compra de parcelas en la montaña, zona que en aquella época todo el mundo abandonaba por el elevado coste de producción de la uva junto con el bajo precio de venta de la misma

1989

1998

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CAMBIO DE GESTIÓN EN LA FAMILIA

La dirección de CASAR DE BURBIA la recoge Isidro Fernández, el menor de los tres hijos del fundador de la empresa, siendo muy joven aún y sin todavía concluir sus estudios de Ingeniero Técnico Agrícola por la Universidad de León (Especialidad Explotaciones Agropecuarias)

93 puntos Parker

LA RECOMPENSA

Hoy CASAR DE BURBIA, presume de un patrimonio repartido en 252 parcelas que suman un total de 27 hectáreas y 52 pagos individuales.

2019

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EN LA ACTUALIDAD

Nemesio Fernández Bello fue artífice de reunir los mejores viñedos bercianos y la responsabilidad de poner en funcionamiento la bodega CASAR DE BURBIA recayó en manos de Isidro Fernández ya convertido en Ingeniero Técnico Agrícola por la Universidad de León (Especialidad Explotaciones Agropecuarias) y con un Máster en Enología.